Un reciente descubrimiento arqueológico en América del Sur ha revelado una construcción más antigua que las pirámides de Egipto. Este hallazgo se localiza en la región norte de Cajamarca, Perú, y se estima que tiene más de 4,750 años, lo que lo hace extremadamente relevante en la historia.

La estructura encontrada es notable no solo por su antigüedad, sino también por su sofisticación arquitectónica. El equipo de investigadores, liderado por Jason Toohey y Melissa Murphy, ha sido fundamental para comprender la importancia de esta plaza construida por los pueblos andinos.

Los hallazgos en el sitio, que incluyen fragmentos de cerámica y piezas de cuarzo, indican que existía una vida comunitaria activa. Los estudios sugieren que las actividades en la plaza se centraban en prácticas ceremoniales y sociales, lo que demuestra una estructura social organizada.

La disposición de los bloques megalíticos sugiere que los antiguos constructores tenían un diseño complejo adaptado a necesidades rituales. Este lugar pudo haber sido parte de una red de asentamientos interconectados, compartiendo tradiciones arquitectónicas y culturales entre las comunidades.

Las investigaciones preliminares apuntan a que la orientación de la plaza se relaciona con fenómenos astronómicos, como los solsticios. Esto indica que los pueblos andinos tenían un conocimiento avanzado de los ciclos naturales y de la observación astronómica.

Este descubrimiento desafía las narrativas clásicas sobre el desarrollo humano que tienden a ignorar los logros de las culturas precolombinas. Las evidencias sugieren que su legado es más rico y complejo de lo que siempre se ha reconocido en la historia.

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