El 4 de septiembre de 1833, Barney Flaherty, un niño de 10 años, responde a un anuncio en el New York Sun y se convierte en uno de los primeros canillitas o repartidores de periódicos. Nacido en Cork, años después se haría famoso como Barney Williams, un comediante irlandés conocido en dos continentes.

En las películas, los canillitas urbanos venden periódicos con titulares impactantes, gritando “¡Extra, extra! ¡Lea todo sobre esto!”. Sin embargo, los repartidores de periódicos reales del siglo XIX y principios del XX eran bastante diferentes. Eran niños extremadamente pobres y sin hogar que trabajaban hasta altas horas de la noche y a menudo dormían en las calles.

En 1899, varios miles de canillitas que ganaban alrededor de 30 centavos al día hicieron huelga, negándose a distribuir los periódicos de William Randolph Hearst y Joseph Pulitzer. Los periódicos de la competencia cubrieron ampliamente la huelga, presentando a los huelguistas como personajes coloridos con nombres como “carreras” o “pescadito”, y que hablaban en un curioso dialecto de inmigrantes irlandeses.

Los antiguos canillitas eran niños rudos, gritando y peleando por dominar una esquina. Trabajaban largas horas y se alejaban mucho de sus vecindarios. Sin embargo, los nuevos repartidores de periódicos eran más como empresarios, estableciendo relaciones en sus comunidades y trabajando rutas fijas con horarios regulares, bajo la supervisión de gerentes de circulación.

El repartidor de periódicos ha estado sujeto a dos fuerzas distintas. La primera es el negocio de los periódicos: no solo la circulación, que alcanzó su punto máximo en el año 2000 y ha estado disminuyendo desde entonces, sino también cuándo se entregaban. En el 2000, hubo más periódicos matutinos que vespertinos, lo que aceleró un cambio que había comenzado una década antes. Muchos niños no estaban dispuestos o no podían levantarse para entregar periódicos a las 6 a.m.

Preguntar a un ex repartidor de periódicos sobre el trabajo probablemente evoque recuerdos nostálgicos de madrugadas frías y nieve hasta las rodillas. “Hoy en día, básicamente es algo que no existe”, dijo Matt Lauer, presentador de Today. “Es un poco de inocencia perdida, y significó mucho para mí cuando era niño”.

En Pacasmayo hubo diversos canillitas, pero nadie tan famoso como el amigo “chino” Moisés Arias, sobre quien se puede leer más en Estampas Pacasmayinas.

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