Amaneció llorando el tiempo
es domingo y estoy pensando en ti.
El cielo se empeñó hoy
en bañar la cercana y dura encina,
aquella que resignada
soportó estoica, tus brazos
y pisadas infantiles.

HIJO

 Sé cuánto te hieren
estos días grises
faltos de calor y de futuro,
tenues, largos, tristes…
y por ello pienso en ti.

HIJO

El jardín lleno de humedad,
se recoge tímido
y ensaya límpidas canciones
de cristales líquidos,
ellas quieren preservar tu sueño.
¡Mi amor grande!
¡Mi niño pequeño!

HIJO 

Quiero regalarte días claros,
días de amor y de sosiego
en torno a mesas humeantes
donde la dicha y tu risa,
se mezclen con el pan
y el fresco alboroto
de tus dos hermanas.

 HIJO

 Me despojo hoy
de amargura toda,
y ensayo también
serenas sonrisas;
duerme tranquilo,
duerme sin prisas
pues, es domingo,
llueve
y estoy en ti.