Noemí Arana: Voz y Cultura del Jequetepeque

Noemí Arana: Voz y Cultura del Jequetepeque
Hasta el final de sus días, Noemí perseveró militante en la literatura y publicó su libro de cuentos “Paisaje violado” (Ediciones Runakay, 2023).

Noemí J. Arana Cortez nació el 2 de marzo de 1951 en Jequetepeque, una tierra de rica tradición cultural en el valle de Jequetepeque. Desde pequeña, mostró una sensibilidad artística heredada de sus padres, Teófilo W. Arana Rodríguez y Carmen R. Cortez Rázuri. Creció rodeada de música y literatura, lo que influyó en su posterior compromiso con las artes. Su vida estuvo marcada por la creatividad y el deseo de compartir historias, dejando una huella imborrable en la literatura peruana.

Desde temprana edad, mostró interés por la educación y el conocimiento. Cursó sus estudios primarios en la Escuela Nacional N.° 244 de su tierra natal y continuó su formación en el Colegio Nacional “María Goretti” de Pacasmayo. Con un gran amor por los idiomas, perfeccionó su conocimiento del inglés en el Centro Cultural Peruano Norteamericano de Chiclayo. Además, aprendió alta costura, lo que demostraba su habilidad para diversas disciplinas. La educación fue siempre una herramienta fundamental en su desarrollo como escritora y gestora cultural.

Contrajo matrimonio con Antonio Escobar Mendívez, y juntos formaron una familia con un profundo amor por el arte y la literatura. Sus hijos siguieron caminos académicos y artísticos notables: Natasha Escobar Arana se especializó en biología, Winston Pável se dedicó a la música y Luis Karim Yuván se convirtió en un destacado jurista. En su hogar se cultivaron las tradiciones artísticas peruanas, con la música criolla, la guitarra y el cajón. Además, sus hijos contribuyeron a la revista *Runakay* con poemas y dibujos, demostrando la influencia de su madre en sus vidas.

Desde su juventud, Noemí fue una apasionada de la escritura y la poesía. Formó parte de la Peña Literaria «Javier Heraud», donde publicó sus primeros versos en la revista *El Río*. Su compromiso con la literatura la llevó a fundar, en 1971, la revista *Runakay* junto a Antonio Escobar y Carlos Horna Santa Cruz en Semán, Guadalupe. A través de esta plataforma, pudo visibilizar nuevos talentos y difundir la literatura regional. Su poesía combinaba ternura y un espíritu militante, reflejando la influencia de Rosa Cerna Guardia y Sonia Luz Carrillo.

En 1979, sus poemas fueron incluidos en la publicación colectiva *Kurur*, junto a los trabajos de José Pinedo Pajuelo y Antonio Escobar. Sus creaciones también aparecieron en revistas como *La Achupalla Incendiaria* de Trujillo y *Runakay* de Guadalupe. Su obra se caracterizaba por una visión esperanzada de un mundo más justo, influenciada por el pensamiento de José Carlos Mariátegui. Su pasión por la literatura la llevó a mantenerse activa en la escritura y a seguir publicando hasta el final de su vida.

En 2023, Noemí publicó su libro de cuentos *Paisaje violado* bajo Ediciones Runakay. La obra contiene siete relatos que abordan las costumbres y el lenguaje popular, además de narrar historias de abuso y violencia, especialmente hacia mujeres y jóvenes. Entre los cuentos destacan *Burrita del Señor* y *El tesoro de la huaca*. A través de sus relatos, denunció injusticias, dándoles voz a quienes muchas veces no la tenían. Su compromiso con la sociedad se reflejó en la profundidad de sus escritos.

Más allá de su faceta como escritora, también desempeñó un papel crucial en la gestión cultural. Desde 1970, organizó y promovió la literatura en Pacasmayo junto con Antonio Escobar y destacados intelectuales como Arturo Castañeda Liñán y Andrés Ulfe. En 1986, promovió el Primer Encuentro Nacional de Escritores en Guadalupe, consolidando su labor para el desarrollo cultural de la región. Organizó encuentros de decimistas y tunas, fortaleciendo la literatura y la música en el norte peruano.

Además de su activismo cultural, Noemí participó activamente en actividades religiosas y comunitarias en Semán, contribuyendo al proyecto del templo católico aprobado por la organización Adveniat de Alemania. Como activista católica y vecinal, siempre buscó mejorar la vida de su comunidad. Su liderazgo y entrega fueron fundamentales para la promoción del arte y la cultura en el valle de Jequetepeque. Su vida fue un ejemplo de lucha por la educación, la literatura y el bienestar de su pueblo.

El legado de Noemí J. Arana Cortez sigue vivo en la literatura peruana y en la memoria de quienes encontraron en sus escritos una fuente de inspiración. Su lucha por la justicia y su compromiso con la cultura dejan una huella imborrable en el valle de Jequetepeque y en el Perú. Será recordada como una mujer que, a través de las letras, supo expresar la voz de los marginados y reivindicar la importancia de la literatura como un acto de resistencia y esperanza.

Créditos de contenido e imágenes:
diariocorreo.pe

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Este artículo ha sido seleccionado y parcialmente escrito e ilustrado por Inteligencia Artificial (AI) basado en noticias disponibles.

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