Víctima fue a visitarlo, pero terminaron discutiendo luego de consumir licor en la vivienda del asesino.

Una reunión de dos viejos amigos terminó en tragedia, luego que uno decida acabar con la vida de su compañero y luego enterrarlo en un pozo de tres metros de profundidad. Todo esto fue descubierto por el hijo de la víctima.

El lamentable hecho ocurrió en el distrito de Guadalupe en la provincia liberteña de Pacasmayo, al promediar las 2 de la madrugada. El fallecido llegó desde Lima, junto a su hijo, para visitar a Félix Fernando Uriol Rodríguez.

La conversación se volvió amena y mientras se tomaban unos tragos, la noche iba cayendo. El hijo del fallecido fue a dormir cuando cerca a la madrugada escuchó el sonido de un disparo. No dudó en levantarse y saber qué estaba ocurriendo hasta que vio una macabra imagen.

Félix Fernando Uriol Rodríguez estaba cargando el cadáver de Roberto Carmelo Coisffam Benites, al que luego lo lanzó en una fosa que ya había cavado. Tal parece, ambos habían reñido y terminó desencadenando la tragedia.

La policía llegó horas después para detener al presunto asesino, pero la sorpresa fue mayor cuando se realizó el registro domiciliario, en el cual se encontraron cinco escopetas y el cráneo de un ser humano, cuya identidad todavía se desconoce.

Además de las armas de largo alcance, también se encontraron dos pistolas que están siendo sometidas a las pruebas para determinar con cuál se realizó el asesinato. El director de la Tercera Macroregión Policial, Ángel Toledo Palomino expresó que en el transcurso de los últimos días se hallaron dos escopetas más.

Fuente: www.laindustria.pe