El asesinato de Miguel Ángel Espinoza Hidalgo ocurrió la noche del 22 de diciembre en el sector Wichanzao, distrito La Esperanza, Trujillo. A sus 33 años, conocido como “Barbas o Barbucha” en el mundo del hampa, fue abatido con cuatro balazos a quemarropa por dos sicarios en motocicleta.

Este crimen resalta la creciente inseguridad en la región, especialmente en fechas cercanas a la Navidad. Aunque se activó un Plan de Seguridad, los críticos argumentan que no se abordaron adecuadamente distritos críticos como La Esperanza, donde tuvo lugar el asesinato de Espinoza Hidalgo.

Antes de su muerte, Espinoza Hidalgo había sido arrestado en mayo de este año durante un megaoperativo. Era miembro de “Los Compadres Nueva Generación”, una organización criminal implicada en robos a mano armada.

En el operativo de mayo se logró arrestar a 16 personas y desarticular varias de las actividades criminales de la organización. A pesar de estos esfuerzos, la seguridad en la región sigue siendo un desafío, y la violencia continúa preocupando a los ciudadanos.

Un ejemplo de la actividad delictiva de “Los Compadres Nueva Generación” fue un robo el 4 de mayo, en el que se sustrajeron 60 mil dólares a un empresario en la Urbanización Rosas de América. Otro asalto significativo fue el 15 de marzo en Chepén, donde se robaron 60 mil soles de una agencia bancaria.

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