En un hecho alarmante, se realizó una requisición en el penal de Piura, donde se encontraron diez teléfonos celulares. Estos dispositivos incautados se confirmaron como herramientas para extorsiones. Hasta ahora, se han registrado aproximadamente 50 extorsiones dirigidas a empresarios y comerciantes de varias ciudades del país.

Las extorsiones se han extendido a ciudades como Piura, Sullana, Chimbote, La Libertad, Chepén, Barranca y Chiclayo. Esto evidencia el alcance de la problemática, que afecta la seguridad económica de diversas comunidades. El clima de temor ha aumentado entre los comerciantes debido a estas amenazas.

Una organización criminal es la encargada de estas extorsiones y está siendo investigada por las autoridades. El Área de Secuestros y Extorsión de la Divincri y Feccor lidera estas investigaciones. Este escenario pone de manifiesto cómo grupos delictivos están utilizando la tecnología móvil para operar desde los penales.

La situación de las extorsiones en Perú es un fenómeno alarmante, ya que involucra a grupos criminales que operan desde el interior de las instituciones penitenciarias. Este fenómeno ha demostrado ser un desafío significativo para las autoridades, que luchan por contener su expansión.

Este caso resalta la urgente necesidad de mejorar la seguridad y control en los penales para prevenir actividades delictivas. Las extorsiones no solo generan un clima de miedo, sino que también impactan negativamente la economía de las comunidades afectadas.

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