La Libertad enfrenta una ola de violencia preocupante con tres asesinatos ocurridos en menos de 24 horas. Estos crímenes han sacudido diferentes provincias de la región, generando temor entre la población. Las autoridades investigan si existe una conexión entre los hechos y posibles ajustes de cuentas entre bandas criminales.

El primer crimen ocurrió el sábado por la noche en Magdalena de Cao, provincia de Ascope. Robin Bautista Pastor, de 29 años, fue asesinado a balazos en un callejón durante las celebraciones del 113 aniversario de la Virgen del Rosario. El violento hecho ensombreció las festividades en la localidad.

Durante la madrugada del domingo, Clever Salas Tapullima, de aproximadamente 40 años, fue encontrado muerto en la carretera que conecta Guadalupe con Ciudad de Dios, sector La Calerita, en la provincia de Pacasmayo. La víctima presentaba profundos cortes en el cuello, causando consternación.

En el sector Víctor Raúl, provincia de Virú, Martín Bobadilla Ibáñez de 40 años fue asesinado a balazos durante un cumpleaños familiar. Este tercer caso completó la escalada de violencia que afectó a La Libertad en menos de un día, dejando a la región en estado de alerta.

La víctima de Virú tenía antecedentes policiales, con una detención en 2022 como presunto cabecilla de la banda criminal «Malditos de la Huaca Santa Rosa». Esta organización se dedicaba a la extorsión agravada en la zona. Vecinos denuncian la ausencia de patrullaje durante eventos concurridos, lo que facilita estos crímenes.

Estos crímenes se suman a otros recientes en La Libertad, incluyendo el asesinato del juez de paz de Chicama y un ataque armado en el centro poblado Roma donde resultaron heridos tres miembros de una familia. La violencia está afectando comunidades durante celebraciones importantes y eventos familiares.

La ola de crímenes refleja un patrón de violencia organizada en la región, generando inseguridad en el valle de Jequetepeque, incluyendo Pacasmayo. Las autoridades investigan posibles conexiones entre los hechos y bandas criminales, mientras la población exige mayor presencia policial para evitar más tragedias.

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