En el distrito de San Pedro de Lloc, provincia de Pacasmayo, se encuentra el templo de Puémape, un centro arqueológico que ha revelado ocupación humana continua durante 3,000 años. Este hallazgo lo posiciona como uno de los centros rituales más antiguos de la costa norte peruana, revalorizando su importancia histórica.
En 1990, se realizó el primer intento de investigación en este templo, documentando su conexión con la cultura Cupisnique. Sin embargo, fue casi 35 años después cuando el Programa Arqueológico Chicama de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos retomó los estudios, descubriendo aspectos sorprendentes de su función social.
Los investigadores han logrado identificar el frontis completo del edificio, con escalera de acceso y muros construidos con grandes bloques de piedra. Esta arquitectura monumental demuestra el conocimiento técnico de sus constructores y la importancia que tenía este lugar para las comunidades antiguas del valle de Chicama.
Recientemente, se hallaron 14 individuos enterrados por la cultura Salinar alrededor del 400 a.C. Todos presentaban signos de violencia, lo que sugiere rituales funerarios complejos o posibles conflictos sociales. Estos enterramientos se encontraban dentro del área del templo, confirmando su uso ritual.
Los fechados radiocarbónicos han confirmado que el templo fue ocupado desde aproximadamente el 1000 a.C., con evidencias de actividad humana desde el 2200 a.C. Esta prolongada ocupación demuestra la continuidad del sitio como centro ceremonial y social a lo largo de milenios.
El templo de Puémape tiene una ubicación estratégica en el valle de Cupisnique, cerca del mar y entre los valles de Chicama y Jequetepeque. Su posición geográfica facilitaba el acceso para peregrinos y probablemente funcionaba como punto de intercambio económico y cultural entre diferentes comunidades.
Los enterramientos presentan características particulares: los individuos fueron colocados boca abajo, algunos con manos atadas en la espalda. Este patrón funerario indica rituales específicos y posiblemente refleja diferencias sociales o jerarquías dentro de la cultura Salinar que habitó el lugar siglos después.
En el cementerio se encontraron restos de hombres jóvenes, mujeres y niños, todos con signos de muerte violenta. Esta diversidad en los enterrados sugiere que la violencia no era selectiva y que afectaba a todos los estratos sociales, proporcionando valiosa información sobre las prácticas rituales y conflictivas de la época.
El templo fue abandonado hacia el 1000 a.C. debido a un fuerte proceso de arenamiento que lo cubrió con más de un metro de arena eólica. Este fenómeno natural transformó el paisaje y provocó el declive del centro ceremonial, marcando un hito en la historia cultural de la región.
El abandono del templo está relacionado con ciclos de sequía posteriores a eventos del Fenómeno El Niño. Estos cambios climáticos afectaron la agricultura y las condiciones de vida en el valle, lo que probablemente influyó en la decisión de las comunidades de abandonar este importante centro ritual.
Los investigadores han notado diferencias arquitectónicas notables con la cultura Cupisnique que podrían indicar un desarrollo cultural paralelo o posterior. Esta evidencia desafía las teorías anteriores que vinculaban directamente el templo con Cupisnique, sugiriendo mayor complejidad en los procesos culturales antiguos.
Casi 600 años después de su abandono original, el templo fue reutilizado como «huaca sagrada» por la cultura Salinar. Este fenómeno de reutilización de espacios ceremoniales es común en la arqueología andina y demuestra la persistencia del valor simbólico del lugar a lo largo del tiempo.
El Programa Arqueológico Chicama cuenta con la participación de especialistas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la University of South Florida. Esta colaboración internacional permite aplicar metodologías avanzadas y enriquecer la comprensión del patrimonio cultural de la región.
Las investigaciones cuentan con el apoyo institucional de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la Municipalidad de Pacasmayo. Esta alianza entre academia y gobierno local es fundamental para la preservación y estudio de los sitios arqueológicos, asegurando su protección para futuras generaciones.
Puémape se consolida como un hito fundamental para entender el surgimiento de los cultos ancestrales en los Andes peruanos. Sus descubrimientos aportan nueva luz sobre las prácticas religiosas tempranas y cómo los espacios sagrados funcionaban como ejes de organización social en las comunidades antiguas.
El templo podría representar una de las primeras expresiones monumentales del culto a los ancestros en la costa norte del Perú. Su antigüedad y características arquitectónicas sugieren que fue un lugar pionero en el desarrollo de las creencias religiosas que posteriormente se extendieron por toda la región.
La arquitectura ceremonial de Puémape funcionó como eje de cohesión social para diversas comunidades del litoral y valles cercanos. Estos espacios rituales no solo tenían funciones religiosas, sino que también servían como puntos de encuentro que fortalecían los lazos culturales y políticos entre diferentes grupos.
El análisis de muestras recolectadas, incluyendo restos botánicos, faunísticos y óseos, permitirá conocer la dieta, flora y fauna de la época. Estos estudios multidisciplinarios complementan la información arquitectónica y arqueológica, proporcionando una visión más completa de la vida en los valles de Cupisnique y Chicama hace miles de años.
Créditos de contenido e imágenes:
andina.pe
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