En La Libertad, las agroexportadoras como Camposol y Agrícola Cerro Prieto forman parte de grupos económicos en paraísos fiscales. Estas empresas exportan productos como arándanos, paltas y uvas desde Perú, y canalizan sus utilidades a matrizes en jurisdicciones con baja transparencia financiera. Camposol, por ejemplo, exportó más de USD 343 millones en arándanos en 2023, mientras que Cerro Prieto vendió USD 96 millones en el mismo producto.

El 72% de los mineros del Reinfo explotan concesiones de pequeños mineros en condiciones similares a las de las agroexportadoras. El economista Miguel Pintado ha alertado sobre el impacto de estas prácticas en la desigualdad y la recaudación de impuestos en Perú. Camposol, por su parte, ha alertado sobre el aumento del impuesto a la renta para las agroexportadoras, lo que podría afectar sus operaciones.

Camposol Holding está registrada en Chipre, y CFI Holding en Islas Vírgenes Británicas, ambos territorios que figuran en la lista de territorios no cooperativos de la Sunat. Estos territorios permiten ocultar información sobre propietarios, movimientos de dinero y pagar bajos impuestos. Camposol ingresó USD 550 millones en 2024 con utilidades de USD 84 millones, y AGAP ha pedido mantener una tasa preferencial del 15% por una década más.

Las empresas agroexportadoras están vinculadas a territorios como Chipre, Islas Vírgenes Británicas y Emiratos Árabes Unidos, lo que permite una falta de transparencia en sus operaciones. El impacto económico de la agroexportación no se queda en el país, y esto profundiza la desigualdad frente a la agricultura familiar en Perú.

La utilización de extensas tierras y recursos hídricos en Perú, junto con el canalizado de utilidades al extranjero, afectan el desarrollo económico local. La necesidad de revisar las prácticas fiscales de las grandes agroexportadoras se hace evidente para abordar estas cuestiones y promover un desarrollo más equitativo y sostenible en la región.

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