A toda la juventud que emerge a la vida
¡No nos dé más lecciones,
señorita profesora!
¡Por favor no hable más!
Tengo ansias de salir,
tengo ganas de correr,
contra el viento, junto al sol;
recostarme sobre el pasto
¡empezar a vivir!
No nos dé más lecciones
señorita profesora!
Mientras usted llena
la pizarra de pilas
acumuladores y fórmulas,
la FISICA se estrella en mis
pensamientos
y sigue bullendo dentro de mí
ansias locas de divagar.
Señorita profesora,
no se enoje por favor,
parece que hay algo
que nos incita a ser sinceros
a contar nuestros secretos
a gritar nuestras angustias.
¡Por favor no hable más!
Deje que mis quince años
se rebelen sólo esta vez
le prometo estudiar
pilas, acumuladores y fórmulas
le prometo aprenderlo bien.
Ahora quisiera estar sola
envuelta en el silencio,
de mi salón desierto,
o en la quietud del patio
sin tilines ni talanes
de la campana sonando.
Quisiera ser el susurro
de la brisa entre los árboles,
el murmullo del agua cristalina
que se escurre entre las piedras;
quisiera decirle a gritos:
¡No nos dé más lecciones,
señorita profesora!
Le prometo estudiar
aprendérmelo todo…
¡Pero por favor no hable más!
Pintora de profesión. Escribe versos. Ha escrito en prosa sobre la tradición arquitectónica de Trujillo.
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