En las neblinosas llanuras de Junín, un 6 de agosto de 1824, la libertad de América del Sur pendía de un hilo. Cara a cara, las fuerzas independentistas lideradas por Simón Bolívar y las fuerzas realistas españolas, comandadas por José de Canterac, se preparaban para un enfrentamiento que redefiniría la historia de un continente. En medio de este intrincado tablero de ajedrez bélico, destacaba la figura de un audaz joven militar oriundo de San Pedro de Lloc, José Andrés Rázuri.

Al estallar la batalla, el escuadrón de Rázuri permanecía oculto en una quebrada, aguardando órdenes. Fue en ese crucial instante cuando el destino le presentó a Rázuri la oportunidad de demostrar su valor. Un crudo combate cuerpo a cuerpo se desarrollaba, y las fuerzas independentistas parecían ceder ante el imparable ímpetu realista.

En ese momento crítico, el coronel argentino Isidoro Suárez, comandante de su escuadrón de los Húsares del Perú que aún permanecía intacto, solicitó órdenes a su superior, el general José de la Mar. El alférez Rázuri fue el encargado de llevar y traer los mensajes entre ellos. La Mar respondió que se guarden y no entren en la batalla. Ante este mensaje poco alentador de La Mar, y percibiendo desorden en la retaguardia realista, Rázuri decidió alterar las órdenes, dirigiéndose a Suárez con una firmeza inquebrantable: “Mi Coronel, el general La Mar ordena que cargue Ud. de todos modos”.

Esta valerosa determinación de Rázuri precipitó el asalto a la retaguardia realista, desatando el caos entre las tropas de Canterac. Lo que parecía una derrota inminente para los independentistas se transformó en una gloriosa victoria. La audacia de Rázuri no solo había cambiado el curso de la batalla, sino también el de la historia del Perú y de América del Sur.

En reconocimiento a su valor, Bolívar renombró a los Húsares del Perú como los “Húsares de Junín”. José Andrés Rázuri quedó así inscrito en las páginas de la historia como el héroe detrás de la victoria en la Batalla de Junín. Años más tarde, el presidente Ramón Castilla le otorgaría el grado de Coronel del ejército peruano, consolidando su legado.

En todo Pacasmayo, y especialmente en San Pedro de Lloc, su tierra natal, recordamos con orgullo a este prócer. La audacia de Rázuri en Junín marcó un hito en la independencia de nuestro querido Perú y de América del Sur.