La valerosa y constante lucha por la igualdad: El voto femenino en los Estados Unidos

Como un inmigrante peruano en el siglo XXI, me encuentro constantemente descubriendo y aprendiendo sobre la historia de los Estados Unidos. Entre las historias que más me impactan son las que describen la lucha constante por la igualdad.

Este gran país luchó para independizarse de la colonización inglesa, y sus fundadores hicieron un gran trabajo para establecer la nueva unión con bases sólidas en la ley y el derecho. Con gran cuidado y esmero se escribieron documentos que establecieron los deberes y derechos de los individuos, los estados y el gobierno. Sin embargo, por muchos años todos esos esfuerzos se centraron en los derechos de la minoría que controlaba el proceso: los hombres blancos propietarios.

La fundación de los Estados Unidos

La Declaración de la Independencia (1776), fue escrita mayormente por Thomas Jefferson y allí se declara la independencia de las colonias americanas. Quizás su frase más famosa sea “todos los hombres son creados iguales”, que en el siglo XXI podría ser percibido como incluyente de mujeres y personas de todo color de piel, pero en el siglo XVIII esto no era así.

Los Artículos de Confederación (1777), esta fue realmente la primera constitución del país y especifica que los requisitos para votar pertenecen a los estados individuales, la mayoría de los cuales limitaron ese poder solo a los varones blancos que tengan propiedades.

La Constitución de los Estados Unidos (1787), la ley suprema del país no incluyó ninguna provisión para asegurar los derechos de las mujeres o de otros hombres que no fueran dueños de propiedades.

La Declaración de Derechos (1791) son las primeras diez enmiendas a la Constitución, diseñadas para proteger las libertades individuales, sin embargo, no provee nada nuevo para la igualdad de la mujer.

Los primeros años

Aún después de todos estos esfuerzos de establecer un país justo e igualitario, la visión de los fundadores y primeros líderes siempre falló en proveer los mismos derechos a más de la mitad de la población, limitándose a darles derechos de “cobertura”. Es decir, las mujeres casadas no podían tener propiedades en su nombre, firmar documentos, o hacer contratos. Su identidad legal estaba “cubierta” por sus maridos. Algunos estados explícitamente negaban a las mujeres el derecho a votar. Hasta el Acto de Naturalización de 1790 que otorgaba ciudadanía a todas las “personas libres blancas”, no incluía a las mujeres sino a través de sus padres o esposos.

Surge el movimiento

Pero las cosas comenzaron a cambiar, según he leído, en la década de 1840. Un evento llamado la Convención de Seneca Falls en Nueva York marcó el inicio de este movimiento. Lideradas por mujeres fuertes como Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott, se propuso una “Declaración de Sentimientos” que pedía derechos para las mujeres, incluido el derecho al voto.

La lucha fue larga y compleja. En la década de 1860, se fundan dos movimientos importantes: La Asociación Nacional de Sufragio Femenino, liderada por Stanton y Susan B. Anthony, buscando una enmienda constitucional y la Asociación Americana de Sufragio Femenino, en la que Lucy Stone, Henry Blackwell y Julia Ward Howe intentaban el cambio estado por estado.

En 1870 se logra la decimoquinta enmienda a la Constitución, concediendo el derecho a voto a los ciudadanos afroamericanos varones, sin embargo, todas las mujeres todavía están excluídas.

En 1872 Susan B. Anthony fue arrestada por intentar votar en una elección presidencial en Rochester, Nueva York. Su valentía y determinación me recuerda a la escritora María Jesus Alvarado que, por plantear la igualdad de derechos y el voto femenino, fue deportada del Perú por el presidente, convertido en dictador Augusto B. Leguía.

Triunfos y desafíos

El siglo XX trajo consigo avances significativos. Estados individuales comenzaron a otorgar el derecho al voto a las mujeres, y en 1913, una gran procesión en Washington, D.C., organizada por Alice Paul y Lucy Burns, marcó un hito, una fase más radical en la historia del sufragio femenino.

Miles de mujeres descendieron sobre la capital el día anterior a la inauguración presidencial reclamando que se apruebe la enmienda constitucional Susan B. Anthony que decía: “El derecho de los ciudadanos de los Estados Unidos a votar no será negado ni limitado por los Estados Unidos ni por ninguno de los estados debido al sexo.” Esta enmienda tenía ya más de treinta años durmiendo en el Congreso.

Finalmente, el 18 de Agosto de 1920, después de décadas de lucha, se ratificó la 19ª Enmienda, garantizando a las mujeres en todo el país el derecho al voto. Sin embargo, mientras celebro este enorme logro, no debo dejar de mencionar que aún después, muchas mujeres de color continuaron enfrentando barreras discriminatorias para votar.

A medida que sigo aprendiendo sobre la historia de este país que ahora llamo mi hogar, me siento inspirado por las luchas y triunfos del pasado. La historia del sufragio femenino en los Estados Unidos es un testimonio de la persistencia y fortaleza de las mujeres, y me recuerda la importancia de continuar luchando por la igualdad y justicia en todas partes.

Sobre el Autor

AI
AI
Este artículo ha sido seleccionado y parcialmente escrito e ilustrado por Inteligencia Artificial (AI) basado en noticias disponibles.

Sé el primero en comentar en «La valerosa y constante lucha por la igualdad: El voto femenino en los Estados Unidos»

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


WP2Social Auto Publish Powered By : XYZScripts.com