La tenista Mónica Seles ha revelado públicamente su diagnóstico de miastenia gravis, una enfermedad neuromuscular autoinmune. La ex número uno del mundo espera crear conciencia sobre esta condición que afecta principalmente a mujeres jóvenes y hombres mayores. Su decisión de hablar abiertamente llega antes del Abierto de Estados Unidos.

Seles comenzó a notar síntomas mientras practicaba tenis hace tres años. La enfermedad le provoca debilidad muscular, visión doble y dificultades en actividades cotidianas como secarse el cabello. Nunca había oído hablar de esta condición antes de recibir su diagnóstico formal.

La jugadora de 51 años ha enfrentado varios desafíos en su vida. A los 13 años se mudó a Estados Unidos desde Yugoslavia sin dominar el idioma. A los 16 años se convirtió en profesional y ganó su primer Grand Slam en Roland Garros. En total, conquistó nueve títulos de Grand Slam durante su brillante carrera.

En 1993, sufrió un apuñalamiento durante un torneo en Hamburgo, Alemania. A pesar de este traumático incidente, regresó a las canchas en 1995, llegando a la final del Abierto de Estados Unidos. Jugó su último partido profesional en 2003, marcando otro «reinicio» en su vida.

La miastenia gravis representa ahora otro desafío importante para Seles. La enfermedad requiere adaptación constante en su rutina diaria. «Esa pelota está rebotando y simplemente tienes que ajustarse», comenta la tenista, aplicando la misma filosofía de su carrera tenística a su vida con esta condición crónica.

Actualmente, Seles colabora con la empresa farmacéutica argenx en la campaña «Go for Greater». Su objetivo es inspirar a otras personas que enfrenten enfermedades crónicas. La ex tenista desearía haber tenido un modelo a seguir que hablara públicamente sobre la miastenia gravis cuando fue diagnosticada.

La historia de Mónica Seles destaca la resiliencia frente a múltiples desafíos. Desde su adaptación cultural hasta su recuperación del apuñalamiento, pasando por su retiro del tenis profesional, cada obstáculo ha fortalecido su carácter. Ahora, con la miastenia gravis, continúa demostrando su capacidad para adaptarse y superar.

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