En la madrugada del 1 de octubre, un atentado con dinamita tuvo lugar en el terminal de Nueva Ruta 10 del Sur en Trujillo. Los delincuentes llegaron al sitio en un vehículo y lanzaron un cartucho de dinamita, lo que provocó una explosión considerable en la zona.

La explosión causó daños visibles en la estructura de concreto del terminal y en el portón de acceso. La policía, al llegar, revisó las cámaras de seguridad para identificar a los responsables del ataque. A pesar del atentado, la empresa decidió seguir operando sus rutas, desafiando a los delincuentes.

La cuadra 1 de John F. Kennedy, donde ocurrió el ataque, ha sido escenario de violencia recientemente. Las bandas de extorsionadores han atacado otras empresas de transporte en el área durante el año, lo que ha llevado a una creciente preocupación entre los trabajadores del sector.

En episodios anteriores, diferentes compañías como Diez Ases y El Dorado también han sufrido ataques similares, lo cual horroriza a los usuarios de transporte. Esto refleja un patrón de inseguridad que afecta a Trujillo y sus alrededores, incrementando la tensión en la comunidad.

La organización Nueva Ruta 10 del Sur, que realiza rutas hacia Virú y Chao, enfrenta retos significativos debido a la violencia en la región. La inseguridad constante ha generado temor en empleados y pasajeros, complicando la situación del sector de transporte.

El reciente atentado evidencia la grave situación de seguridad que se vive en Trujillo. La decisión de la empresa de continuar sus operaciones podría interpretarse como un acto de resistencia ante la extorsión, aunque, al mismo tiempo, pone en riesgo la seguridad de sus empleados y clientes.

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