CANTARO
Para esta sed que yo tengo
inmensa como la muerte
sagrada como la vida
busco, en la herida de las tardes
quemadas por la sequía
como carne sollozante,
tu corazón hecho de agua.
Cántaro
arcilla morena
secreta inquietud de río
o de lluvia prisionera,
cuenco de esperas dormidas…
Desde el fondo de mis horas
bajo cielos despiadados
extraños fuegos me acosan
y a tus orillas me llevan
tus manos de trigo
tu aliento de viento
tus ojos de sombra.
LA PALABRA
Era la palabra balbuciente, extraña
estremecida carne azul
que en sed ardía.
Sueño primero de inexpertas alas.
Era mi corazón….amaneciendo a solas.
Era tu presencia derrotando sombras.
Vuelo supremo. Voz alucinada
de los ecos en el vértigo del tiempo.
Fue la palabra que jamás se dijo.
Fue la palabra que enclaustró el silencio.
Obra: “El rumor del silencio y las rosas de la tarde”. “Palabras blancas y Elegías breves o palabras breves y Elegías blancas”.
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