Cristobal, el pionero del canal

Desde los días de los monarcas españoles, el delgado istmo de Panamá fue visto con ojos de anhelo. Los Reyes de España vislumbraron la posibilidad de un camino a través del istmo, mejorando la tediosa ruta del Perú a Europa. La ruta para el transporte del oro no solamente era muy larga, pero también peligrosa a través del Cabo de Hornos. La idea germinó, pero pasarían siglos antes de que se realizara.

El siglo XIX vio renacer el sueño de este canal interoceánico. El naturalista Alexander von Humboldt presentó un proyecto de excavación y Francia tomó la batuta inicialmente en 1881. Pero el proyecto fracasó por enfermedades, corrupción y errores de ingeniería. Se calcula que unas 25,000 personas, mayormente panameños, murieron por la malaria y la fiebre amarilla durante la construcción del canal.

Los Estados Unidos, bajo el Presidente Theodore Roosevelt, quisieron firmar un tratado que les permita construir pero mantener plena soberanía sobre el canal y los territorios aledaños a perpetuidad. El congreso colombiano, dentro de cuyo territorio se encontraba el istmo, rechazó el tratado, provocando que los panameños, apoyados por los Estados Unidos, se separen de Colombia en 1903. Casi inmediatamente, ese mismo año, los locales aprobaron el tratado Hay-Bunau Varilla con los Estados Unidos cediendo todos los derechos del canal a perpetuidad.

Para lograr esta hazaña se construyó un lago artificial, el lago Gatún, el cual cubre la mitad de la travesía, es decir 33 de los 65 kilómetros del canal. Es que, para poder atravesar el istmo era necesario usar las más altas tecnologías del momento y crear este lago artificial y una serie de esclusas y compuertas por medio de las cuales las embarcaciones puedan subir desde el mar de un lado hasta el nivel del lago, que está a 27 metros sobre el nivel del mar, atravesar el canal y volver a bajar al otro lado.

Un día como hoy, el 3 de agosto de 1914, el buque ‘SS Cristobal’ realizó la primera prueba del canal, navegando desde el puerto de Cristobal en el Atlántico hasta el puerto de Balboa en el Pacífico en solo doce horas, sentando las bases para lo que vendría. Doce días después, el vapor ‘SS Ancón’ haría la travesía inaugural oficial, sellando su lugar en la historia.

El Canal de Panamá generó un cambio trascendental en la economía global. La ruta acortada permitió un comercio más rápido y eficiente, impulsando el comercio internacional y beneficiando a las economías de todo el mundo. Se estableció una tarifa basada en el peso, el cobro más bajo de la historia fue a Richard Halliburton que cruzó a nado el canal, y el más alto fue de más de $800,000 a un navío. Debemos recordar que cruzar el canal le ahorra a las embarcaciones un viaje de casi 13,000 kilómetros marinos para cruzar de una costa a otra del continente americano.

Panamá también fue transformada. El Canal generó empleo, impulsó el crecimiento y convirtió a la nación en un punto neurálgico del comercio marítimo.

En 1977, el presidente Jimmy Carter y su homólogo panameño Omar Torrijos hicieron un nuevo tratado, por medio del cuál se reconocía que el canal debía pertenecer a los panameños, y pactaba el traslado de la autoridad gradualmente, lo cual se completó en 1999.

El Canal de Panamá es un legado de los sueños de monarcas, visionarios y trabajadores, y a lo largo de su existencia se ha convirtiéndose en una arteria vital para el comercio mundial y un faro de prosperidad económica.

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Este artículo ha sido seleccionado y parcialmente escrito e ilustrado por Inteligencia Artificial (AI) basado en noticias disponibles.

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