El 17 de mayo de 1861, James Clerk Maxwell realizó una demostración que generó una fotografía en color, reconocida como la primera «fotografía en color» y el inicio de la teoría de «adición de color». Este evento, aunque recibió poca atención mediática en su momento, marcó un hito en la historia de la fotografía.
Maxwell utilizó tres proyectores de diapositivas con filtros rojos, verdes y azules para fotografiar una cinta de tartán, elegida por sus colores brillantes y distintos. Las fotografías se proyectaron a través de filtros de colores correspondientes, demostrando la teoría aditiva del color. Este método sentó las bases para la fotografía en color moderna.
A pesar de la importancia conceptual de la demostración, las condiciones exactas y los resultados de la misma son desconocidos. Las placas de vidrio originales no han sobrevivido, y las recreaciones modernas enfrentan desafíos debido a inexactitudes históricas. Sin embargo, la demostración probó que el color podía reproducirse mezclando luz.
Thomas Sutton, un químico e inventor conocido por su trabajo en fotografía, tomó las fotos para Maxwell. Las placas de Sutton eran insensibles al rojo y apenas sensibles al verde, lo que hizo que los resultados fueran imperfectos. A pesar de esto, el trabajo de Maxwell en electromagnetismo influyó en sus experimentos fotográficos.
La demostración de 1861, realizada durante una conferencia en la Royal Institution of Great Britain, es considerada un hito en la historia de la fotografía. Aunque las contribuciones de Maxwell a menudo son eclipsadas por inventos más exitosos, su trabajo pionero en física y fotografía sigue siendo fundamental para la comprensión moderna del color.
Leave a comment