El autor pacasmayino, Chalo Rodríguez Burgos, narra su inicio en la literatura desde muy pequeño, comenzando con el libro Coquito, lo que le permitió aprender el abecedario y desarrollar un amor por la escritura. Este proceso se convirtió en un refugio emocional durante su infancia, a través del cual pudo explorar sus sentimientos y conectar con sus experiencias más profundas. Reflexiona sobre la diferencia entre el 1% de los creadores literarios y el 99% que simplemente utilizan las palabras para comunicarse, subrayando la importancia de la escritura como expresión creativa. Ofrece consejos para quienes buscan iniciar su camino en la escritura, destacando la necesidad de escribir sin juicios y con libertad, además de la influencia positiva de figuras parentales en la autoconfianza del escritor. La escritura se describe como un acto de equilibrio emocional y una forma de contribuir con experiencias únicas al mundo. El autor finaliza invitando a todos a explorar su paisaje interior y compartir sus historias, enfatizando que la escritura puede enriquecer tanto la vida del autor como la de quienes lo rodean.

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