Científicos han descubierto una manera de manipular las células T, un tipo de glóbulo blanco, para que se conviertan en agentes contra el envejecimiento. Este avance, realizado por el equipo del laboratorio de Amor Vegas en Cold Spring Harbor Laboratory, sugiere que el secreto para combatir el envejecimiento ha estado dentro de nosotros todo este tiempo. Al modificar genéticamente estas células, pueden dirigirse y eliminar las células senescentes, que son células que han dejado de replicarse y contribuyen a enfermedades relacionadas con la edad. Aunque esta investigación aún no se ha aplicado en humanos, los experimentos realizados en modelos animales, específicamente en ratones, han mostrado resultados prometedores.

Los investigadores utilizaron una «droga viva» conocida como células T con receptor antigénico quimérico (CAR), que a diferencia de los medicamentos tradicionales que requieren dosis repetidas, tienen el potencial de ofrecer un tratamiento duradero con una sola aplicación. Las células T CAR han sido modificadas en laboratorio para mejorar su capacidad de reconocer y atacar células específicas, en este caso, las células senescentes. En los ratones, la eliminación de estas células resultó en una mejora significativa en la salud sin dañar los tejidos ni causar toxicidad. Los ratones tratados mostraron una reducción en el peso corporal, mejor metabolismo, tolerancia a la glucosa y un aumento en la actividad física.

Lo sorprendente de las células T CAR es que pueden tener un impacto duradero con solo un tratamiento en la etapa temprana de la vida, ofreciendo protección contra problemas de salud como la obesidad y la diabetes que generalmente aparecen más tarde en la vida. Este enfoque ofrece una gran ventaja para el tratamiento de patologías crónicas, permitiendo a los pacientes evitar tratamientos múltiples a favor de una única infusión que dura varios años. Aunque las células T CAR han sido aprobadas por la FDA para tratar ciertos tipos de cáncer desde 2017, los investigadores están explorando su potencial más allá del tratamiento del cáncer, investigando si pueden no solo mejorar la salud de los ratones sino también extender su esperanza de vida. Este estudio podría acercarnos a lograr la anhelada fuente de la juventud. Los resultados de esta investigación han sido publicados en la revista Nature Aging.

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