Machu Picchu, joya del Perú y una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo, enfrenta un futuro incierto. La organización New7Wonders ha advertido sobre posibles problemas que podrían afectar su «credibilidad» como maravilla mundial. Este destino icónico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983, ahora enfrenta desafíos importantes que amenazan su prestigio internacional.
En 2007, Machu Picchu recibió el título de Nueva Maravilla del Mundo después de superar los 100 millones de votos. Este reconocimiento catapultó al sitio a la fama mundial, convirtiéndolo en un destino obligado para viajeros de todo el planeta. Desde entonces, su popularidad no ha hecho más que crecer, generando importantes beneficios económicos para la región.
Sin embargo, septiembre de 2023 marcó un punto de inflexión con el inicio de protestas por concesiones de transporte. Estas manifestaciones se intensificaron cuando residentes de Cusco bloquearon las vías del tren, dejando a miles de turistas varados. Tras negociaciones, los manifestantes acordaron suspender las demostraciones por 72 horas, pero las tensiones persisten.
Machu Picchu enfrenta múltiples desafíos que ponen en riesgo su preservación y experiencia turística. La alta presión turística, precios en alza, prácticas irregulares en la venta de entradas y dificultades en el transporte son solo algunos de los problemas. Estas limitaciones en políticas de gestión y conservación, junto con conflictos sociales, afectan negativamente el patrimonio.
Ante esta situación, el Ministerio de Cultura de Perú ha enfatizado que la UNESCO es la única institución competente para la preservación del patrimonio. Mientras tanto, el Ministerio de Comercio y Turismo programó reuniones con asociaciones de turismo para buscar soluciones coordinadas. La organización New7Wonders, por su parte, ha enviado propuestas para implementar un plan de transformación estratégica.
Es importante destacar que el estatus de Machu Picchu como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO no está en riesgo, ya que esta designación no está asociada con la campaña de New7Wonders. Sin embargo, la organización sí ha expresado preocupación sobre la «credibilidad» del sitio como maravilla, lo que podría afectar su imagen internacional.
A pesar de los desafíos, la afluencia turística a Machu Picchu continúa creciendo. Se espera que en 2023 el sitio supere los 1,5 millones de visitantes, rompiendo el récord de 2019. Este aumento en la demanda evidencia la importancia del destino a nivel global, pero también intensifica la presión sobre su infraestructura y capacidad de gestión.
La situación de Machu Picchu requiere esfuerzos coordinados entre todas las partes interesadas: gobierno, industria turística y comunidades locales. La UNESCO ha valorado las mejoras recientes en la gestión de visitantes y la conservación. Solo mediante un trabajo conjunto se podrá preservar este tesoro del patrimonio mundial mientras se mantiene su estatus como Nueva Maravilla del Mundo.
Créditos de contenido e imágenes:
www.cnn.com
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