La región de La Libertad, en el norte de Perú, enfrenta una alarmante ola de violencia. Recientemente, se han registrado homicidios que han conmocionado a la población. El 27 de junio, a las 2:30 p.m., tuvo lugar el primer asesinato en la cevichería «Marisquería Limón» en Guadalupe, Pacasmayo.

En este trágico evento, Raúl Arabia Mendoza y Peter Larry Mendoza Morales fueron asesinados mientras celebraban un onomástico. Los sicarios dispararon sin previo aviso, causando muertes instantáneas. Esta violencia inesperada ha dejado a la comunidad en shock y con miedo por su seguridad cotidiana.

Pocas horas después, el crimen continuó en Pacanguilla, Chepén, donde Nilver Fernández Fernández fue atacado dentro de su vehículo. Este segundo asesinato también ocurrió en plena vía pública, lo que acentúa la sensación de inseguridad en la región. La falta de información sobre los motivos de estos crímenes genera aún más incertidumbre entre los habitantes.

Las autoridades locales se enfrentan al dilema de la creciente impunidad que rodea al crimen organizado en La Libertad. La población expresa preocupación por la incapacidad de frenar esta violencia. Se sospecha que estos homicidios podrían estar relacionados con ajustes de cuentas o venganzas entre bandas criminales.

Estos tres asesinatos en menos de ocho horas reflejan una tendencia alarmante de violencia en la región. La ciudadanía demanda acciones urgentes de las autoridades para abordar esta crisis y proteger a las comunidades afectadas. La seguridad debe ser una prioridad para restaurar la confianza de los habitantes en sus gobernantes.

Créditos de contenido e imágenes:
larepublica.pe