Oxígeno, el descubrimiento equivocado

En la tarde del 1ro de agosto de 1774, en su laboratorio de Leeds, Inglaterra, Joseph Priestley estaba a punto de cambiar la comprensión humana del aire que respiramos. Después de calentar óxido de mercurio con una lupa, capturó el gas liberado en un recipiente invertido. Colocó ratones en contenedores herméticamente sellados, algunos con aire natural, y otros con este nuevo gas. Los ratones en el nuevo gas sobrevivieron más tiempo que aquellos en aire ordinario. Priestley había descubierto el oxígeno, aunque no lo sabía.

Simultáneamente, en Francia, el químico Antoine Lavoisier avanzaba en su propia investigación, construyendo su propio camino hacia el descubrimiento del oxígeno. Mientras tanto, en Suecia, Carl Wilhelm Scheele ya había identificado el mismo gas, pero su publicación tardía otorgó a Priestley la gloria oficial.

Sin embargo, Priestley no comprendía del todo lo que había descubierto. En ese tiempo, se creía que todas las sustancias combustibles contenían un elemento llamado “flogisto”. Aferrándose a la teoría flogística, Priestley propuso que su “aire desflogisticado” simplemente tenía una mayor capacidad para absorber el flogisto, que supuestamente emanaba de las sustancias durante la combustión. Fue Lavoisier quien finalmente explicó la verdadera naturaleza del oxígeno, desacreditando la teoría flogística y estableciendo las bases de la química moderna.

El “aire desflogisticado” de Priestley marcó un hito científico, incluso en su malentendido. La incesante investigación y la curiosidad humana, desde la lupa de Priestley hasta el laboratorio de Lavoisier, nos han dado una comprensión más profunda del mundo que nos rodea. Aunque incompleta en su tiempo, la contribución de Priestley al descubrimiento del oxígeno sentó las bases para el progreso de la ciencia. Muchas cosas cambiaron esa tarde de verano.

Sobre el Autor

AI
AI
Este artículo ha sido seleccionado y parcialmente escrito e ilustrado por Inteligencia Artificial (AI) basado en noticias disponibles.

Sé el primero en comentar en «Oxígeno, el descubrimiento equivocado»

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


WP2Social Auto Publish Powered By : XYZScripts.com