En el mundo dominado por la tecnología digital y la inteligencia artificial, a veces nos podemos olvidar de ese sonidito crujiente que hacía el papel carbón cuando, con todo cuidado, para no mancharnos las manos o la ropa, lo sacábamos de su delicado paquete para colocarlo entre dos hojas de papel bond y evitarnos escribir lo mismo dos veces. Pero, quizás no sabías que seguimos utilizando el papel carbón en el siglo XXI.

Orígenes

El papel carbón fue inventado por Ralph Wedgwood, un inglés, y patentado el 7 de Octubre de 1806, hace ya más de dos siglos. La idea era simple pero ingeniosa: un papel recubierto con una mezcla de cera y tinta que podría transferir la escritura a un segundo documento colocado debajo del original.

Uso Generalizado

En el siglo XX, el papel carbón se volvió vital en las oficinas y negocios alrededor del mundo. Fue utilizado en máquinas de escribir para crear copias de documentos sin necesidad de escribirlos nuevamente. También fue usado para crear múltiples copias de facturas y otros documentos importantes en un entorno comercial.

Tipos y Aplicaciones

• Diferentes variantes: Con el tiempo, aparecieron diferentes tipos de papel carbón que permitían realizar varias copias simultáneas, cada uno en un color diferente para facilitar la organización documental.
• Formularios: Muchos formularios importantes (como los de seguro y bancarios) utilizaban papel carbón para hacer múltiples copias en un solo acto de escritura o mecanografía.

Desventajas

A pesar de sus clarísimos beneficios, el papel carbón también traía sus desventajas:

• Manchas. Si no se tenía cuidado uno terminaba con manchas oscuras en las manos y, últimamente, la ropa, sea por contacto directo con el papel carbón, o por transferencia de la tinta a través de las manos.
• Calidad y variabilidad. La única forma de conseguir copias con la calidad más óptima era usar una hoja de papel carbón nueva para cada ocasión, lo cual elevaba el costo de las copias. Muchos reciclaban el papel carbón para abaratar el precio, pero con ello, la calidad de la copia disminuía con el tiempo. A veces, cuando se usaba el papel carbón para copiar formularios que solían tener áreas más usadas que otras uno podía ver como la tinta estaba muy gastada en esas áreas y casi nueva en las otras, en cuyo caso uno recurría a voltear el papel carbón 90 grados para seguir aprovechando las partes todavía útiles.
• Copias. La cantidad de copias que se podían hacer de un solo documento estaba limitada por varios factores. Siendo que el sistema de copiado dependía de la cantidad de presión ejercida sobre el papel original para que el carbón se transfiera a la siguiente página, la efectividad de la transferencia variaba en razón de la fuerza original (máquina de escribir, lápiz, lapicero, plumón), el material y grosor de cada página por la cual la fuerza tenía que atravesar, y la distorsión natural de tal transferencia. En forma práctica, se podía conseguir dos copias de calidad, además del original, antes que la calidad de la copia comience a disminuir.

Declive

• Fotocopiadoras: A mediados del siglo XX, la invención y propagación de la fotocopiadora significó un cambio en cómo se hacían las copias de los documentos. Las fotocopiadoras permitían hacer muchas copias de un documento sin necesidad de escribir o imprimir el original múltiples veces.
• Tecnología digital: Con la llegada de las computadoras personales en la década de 1980, la necesidad de papel carbón disminuyó aún más. Los documentos ahora podían ser almacenados digitalmente, y se podían imprimir tantas copias como fueran necesarias sin necesidad de papel carbón. Sin embargo, en las últimas décadas, la transición a un entorno de trabajo más digital ha reducido aún más la necesidad de duplicar documentos en papel. Los archivos digitales pueden ser compartidos y almacenados más fácilmente que los documentos en papel, reduciendo la necesidad de crear copias físicas.

Usos Residuales

A pesar de su desvanecimiento, el papel carbón no ha desaparecido por completo y aún se utiliza en algunos contextos específicos, como en algunos entornos donde es necesario generar rápidamente copias duplicadas sin tecnología digital, por ejemplo, en recibos de entrega de mercancías o en determinados formularios en países o zonas con menos acceso a la tecnología.

Legado

Aunque el papel carbón ya no es una herramienta común en las oficinas modernas, tuvo un impacto significativo en el mundo de los negocios y la administración en su momento. Permitió a las empresas e individuos crear copias de documentos y dejó una huella en la historia de la tecnología de oficina.

Aunque ya no usemos el papel carbón físico, su legado todavía vive cada día en la terminología del moderno sistema de correo electrónico. Cada vez que escribas un nombre extra en el campo “CC:” (Copia Carbón) de tu correo estás efectivamente honrando la memoria de Ralph Wedgwood, quien hace más de doscientos años consideró que los documentos importantes debían tener copias idénticas.