Mesopotamia, cuna de la civilización: orígenes

Mesopotamia, cuna de la civilización: orígenes

Mesopotamia vio surgir tempranamente sociedades urbanas complejas y suele considerarse la cuna de la civilización. Esa expresión describe regiones donde emerge independientemente un Estado con jerarquía social, urbanización y comunicación escrita y gráfica. El consenso reconoce seis cunas: Mesopotamia, Egipto, India y China; y, en América, Caral–Supe y los olmecas.

Mesopotamia abarca el actual Irak y partes del sureste de Turquía, noreste de Siria y noroeste de Irán. La confluencia del Tigris y el Éufrates aportó suelos fértiles y agua confiable para el riego. Rodeada por desiertos y montañas, la llanura fluvial convirtió el caudal, mediante la irrigación, en una abundancia agrícola sostenida.

Hacia 8000 a. C., aparecieron comunidades neolíticas y comenzó la transición del nomadismo a la agricultura organizada en la región del Tigris y el Éufrates. Los cultivos regulares generaron excedentes, favoreciendo asentamientos permanentes y cooperación organizada. El manejo del agua empezó a ordenar los calendarios y las labores productivas estacionales.

Entre c. 6500 y 3800 a. C., durante el período Ubaid, se reconoce la fase cultural más antigua en la llanura aluvial mesopotámica. Hubo avances hacia la urbanización. Agricultura y ganadería se difundieron en el norte, posteriormente conocido como Asiria, mientras el sur practicó agricultura irrigada intensiva con asentamientos permanentes en crecimiento.

Posteriormente, se desarrollaron grandes sistemas de irrigación, especialmente en el sur, y se consolidaron marcos administrativos para gestionar el comercio, la agricultura y la irrigación. Con ello se formaron las primeras ciudades verdaderas. Los excedentes sostuvieron la autoridad centralizada, el liderazgo religioso y las obras públicas, junto con la planificación municipal y una marcada especialización del trabajo.

Las limitaciones materiales fueron notables: escasez de piedra, metal y madera. Por ello, las comunidades dependieron del comercio a larga distancia, intercambiando grano por recursos cruciales. Surgieron artesanos altamente capacitados y una tradición artística floreciente, cuyos trabajos nutrieron estas redes, reforzando identidades urbanas y una economía cada vez más integrada.

En paralelo, la base económica común fue agrícola, lo que generó excedentes que sostuvieron autoridades centrales, liderazgos religiosos y obras públicas. Caral–Supe, en la costa del Perú, pudo depender inicialmente más de recursos marinos que de la agricultura. Hoy, Irak es reconocido por albergar varias civilizaciones tempranas; el Creciente Fértil comparte ese prestigio.

En síntesis, la combinación de riego, abundancia agrícola, administración compleja, comercio a larga distancia, planificación urbana, especialización laboral e innovación cultural sostiene la posición de Mesopotamia como cuna temprana de la civilización en la visión histórica occidental. Las condiciones ecológicas y la gestión del agua permitieron asentamientos permanentes y sociedades agrícolas avanzadas.

Créditos de contenido e imágenes:
timesofindia.indiatimes.com

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Este artículo ha sido seleccionado y parcialmente escrito e ilustrado por Inteligencia Artificial (AI) basado en noticias disponibles.

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